Aférrate y brillÁ de nuevo
- 21 jun 2018
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Un cuerpo que no tiene fuerzas. Que no sabe por dónde empezar, que no entiende qué le pasa. Que la rema y la rema, y lo único que hace son manotazos de ahogado.
Un alma que se marchita en salmuera. Gotas caen, una tras otra, son recuerdos perdidos, inexorable tiempo que no da marcha atrás. Un ejercito leal para mantener erguida la espalda que no da más, proporcionan fuerza pero no es natural. No tiene chispa. No destila magia.
Cada paso es un gran esfuerzo, parece que no, pero si correr le fuera tan fácil seguramente ya hubiese huido al inalcanzable, al nunca jamás.
Rayos de sol, brisa y hojas amarillas que caen sirven de placebo pero no atacan la cuestión desde la raíz. ¿Qué es lo que sucede? ¿En qué momento te convertiste?
Ahora nada de eso importa. Cada menudo haz de luz que se cuela por la ventana agarralo, hacelo tuyo, que se licueen vos como un sublime, que se vuelva parásito y se incruste para no dejarte caer. No podés permitirte la extinción. ¿A quién querés hacer ganar? Cada bocanada de brisa que se acerque a tu mejilla, tomala y hacela pasar por tu garganta, que se transforme en voz para decir todo lo que nunca pudiste. Para no permitir que te acallen la voz, para ser y hacer.
No importa cuánto paso, no importa cuánto perdiste, si verdaderamente al final te diste de cuenta lo que valés. Porque como vos no hay dos. Porque eres una y no te queremos de menos. Así que tomate toda y volvé a vos, volvé a nacer.
Siempre se puede ser mejor, siempre se puede brillar un poco más.
Bárbara Montilla Barreto, 31 años.
Periodista y freelance de contenidos digitales.
@barbaramontilla
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