Sección libre: Experiencia Work and Travel

UN VERANO EN LA NIEVE

El viaje empezó el día que decidí irme a pasar el verano a Estados Unidos. Quería viajar, pero también quería quedarme en un lugar, armar una rutina y experimentar la cultura local. Todos los viajes empiezan así: con una decisión y un salto.

Después de ese día ya no hubo vuelta atrás. Empecé por ir a una charla informativa para participar del programa Work and Travel. El programa consiste en ir a trabajar durante tres/cuatro meses a un centro de ski, un parque acuático o hasta un hotel. Los horarios de trabajos son flexibles por lo cual es posible viajar mientras trabajas o podes elegir hacerlo al final de la temporada.

Luego de esa primera charla, vinieron entrevistas en inglés, papeles para la visa, búsquedas de pasajes y nervios. Pero antes de que tuviera mucho tiempo para pensar en lo que estaba haciendo, ya estaba en Virginia, en un centro de ski, vendiendo tickets, mezclando el inglés con el español y el portugués, aprendiendo a hacer snowboard y haciendo amigos de todas partes del mundo.

Tres meses es mucho y al mismo tiempo es poco. En especial si pasas las fiestas lejos de casa y festejas tus cumpleaños lejos de tus amigos. Tenía miedo de pasar mi cumpleaños en otro país, pero terminó siendo uno de los cumpleaños más especiales que he vivido. Lo recibí en Washington paseando con mis amigos, y me cantaron el feliz cumpleaños durante una semana entera. Me lo cantaron en español y en inglés y hasta soplé las velas en una pizza de pepperoni.

Estar lejos de casa da miedo, pero también nos enseña a ser más independientes, a crecer, a estar mejor con nosotros mismos. Y de a poco el miedo se va. Te animas a deslizarte desde la punta de una montaña en una tabla y cruzas el país para cumplir tu sueño de conocer San Francisco y vuelves a cruzarlo para desafiar la salvaje y mítica Nueva York.

Tres meses es mucho y al mismo tiempo es poco cuando conoces gente con las que te encariñas tanto que no tienes ideas de como vas a hacer para despedirte. Por eso a partir de un viaje surgen nuevos viajes, nuevos países que quieres conocer y nuevos amigos que quieres volver a ver. Una vez que has viajado sola, el mundo ya no te parece tan grande.

Texto: Maria Catalina Jiménez, 22 años.